30.11.12

Entrevista con Román Sierra: “Es fundamental que la historia desde abajo esté en el centro del debate y en la Escuela”

Entrevista publicada el día 30/11/2012 en AraInfo

Hace unos días en el Bajo Martín se celebraron unas jornadas sobre patrimonio cultural. Hablamos con Román Sierra uno de los participantes, historiador y miembro del Centro de Estudios del Bajo Martín, asociación organizadora.

¿Por qué organizar estas jornadas?

En primer lugar para abrir un debate, hemos visto una clara degradación del patrimonio en nuestra comarca y creo que extensible para la mayoría del territorio aragonés. Un ejemplo claro a nivel aragonés se puede ver en el patrimonio arquitectónico que ha sufrido muchísimo por el fenómeno de la burbuja inmobiliaria, o el caso del aragonés y el catalán de Aragón. Lo que hemos pretendido es dar a conocer el patrimonio y ponerlo en valor ya que sólo conociéndolo y reconociéndolo la sociedad puede defenderlo y protegerlo. Incluso dentro de los movimientos sociales hay un discurso muy claro sobre el patrimonio natural y ecológico aunque en este contexto debemos hacer más cosas por el patrimonio cultural en un aspecto más amplio.

¿Cómo por ejemplo?

Un ejemplo claro podría ser incluir el gasto de dinero público en verdaderos atentados contra el patrimonio cultural y por lo tanto contra el interés social de la mayoría, también el dinero invertido en patrimonio cultural que está en manos privadas y que ha sido para el beneficio privado. Estos gastos son cuantificables muchas veces y podrían ser integrados dentro de la Auditoría Ciudadana de la Deuda, seguro que el Grupo que trabaja este tema estarían muy interesados en disponer de esta información. La cuestión es concienciarnos y poner el patrimonio cultural en la primera línea ya que es víctima también de las políticas de las últimas décadas y es, o debería ser, un bien común.

En las Jornadas hablaste del caso de la Azucarera del Bajo Aragón...

Este año se celebra el centenario de su fundación y era un tema en el que había investigado. Creo que es un tema fundamental para entender la sociedad aragonesa de la primera mitad del siglo XX. Las azucareras fue de la industria más potente que nos encontramos en Aragón durante buena parte del siglo XX, en los años 20 más del 60% del azúcar que se producía en el estado español provenía del Valle del Ebro.

Cuando hablamos de patrimonio mucha gente lo relaciona sólo con los edificios y es verdad que, en este caso en concreto, sólo quedan algunos almacenes en pie, ya que fue derribada en los años 80. Pero quedan las casas del director y las de los obreros y un barrio entero que nace alrededor del ferrocarril y la fábrica. Existen además muchas huellas no tan físicas y que quizá hemos perdido su memoria, o es muy frágil, pero queda la historia para intentar buscar un marco explicativo.

¿Qué nos dice la historia de las azucareras?

La historia de las azucareras es la historia de las y los que allí trabajaron y el impacto que causó sobre el entorno. Los cambios, además de ecológicos, producen una verdadera transformación económica, social y política. Es la proletarización de una parte del mundo rural y el nacimiento de parte importante de la clase obrera aragonesa. Vemos el nacimiento de sociedades de socorros mutuos, de cooperativas y del sindicalismo. Pero además de una transformación de las relaciones sociales, ya no se vive sólo de la tierra y el propietario de las tierras va perdiendo poco a poco influencia social. La tierra sigue siendo importante porque se cultiva la remolacha que se llevará a la fábrica, pero ya no es principalmente un cultivo de subsistencia y autoabastecimiento. Los jornaleros encuentran un salario complementario trabajando en las campañas y allí se relacionan con los obreros, además de trabajadores que vienen de otros centros azucareros y traen nuevas ideas.

¿Hubo nuevas formas de organización?

Sí, empezando por una huelga ya en su construcción y una verdadera explosión del asociacionismo en pocos años, nuevas formas de ocio y diversión como asociaciones deportivas que fundan los primeros equipos de fútbol, asociaciones de baile que introducen los nuevos bailes de moda y que seguramente no eran muy apreciadas por los sectores más conservadores, los casinos centros de sociabilidad y de política que muchas veces efectuaron el papel de verdaderos partidos políticos. Y las ya mencionadas propiamente dentro del movimiento obrero como las sociedades de socorros mutuos, las cooperativas y los sindicatos. También en el marco político aparecen las organizaciones socialistas y anarquistas. Además de alguna asociación especialmente dedicada a la cultura como fue la Agrupación Cultural Obrera donde se leía Solidaridad Obrera y se debatía sobre textos. Como se puede ver una sociedad en una transformación muy intensa en pocos años. La lucha de clases se acentuó muchísimo en los años 30 ya que el sector tuvo una crisis de sobreproducción y se amenazó a los trabajadores con el cierre (mucha gente acabó en el paro) y a los remolacheros con no comprarles la producción aunque después la compraban mucho más barata.

Y llegó la guerra.

Así es y la Azucarera del Bajo Aragón fue colectivizada y por cierto, funcionó. Se intentó repartir el trabajo, se nivelaron los salarios y la producción aumentó. Dentro del Aragón republicano las dos fábricas más importantes eran las azucareras de Monzón y la de La Puebla de Híjar. Esta última fue destruida por la aviación nazi de la Legión Cóndor, aunque ya en el franquismo fue reconstruida, pero como os podéis imaginar era otra azucarera y otra sociedad. Quizá el periodo de la guerra es lo único que puede diferenciar la historia de esta fábrica y la de Monzón de las del resto de Aragón. Sin embargo el proceso de formación de la clase trabajadora en estos centros sería muy similar y por cierto, no se estudia prácticamente en ningún lado.

¿Qué papel juega la historia del movimiento obrero actualmente?

Se ha intentado que sea prácticamente nulo en la Escuela y no creo que sea algo desinteresado, aunque hay que destacar el importante esfuerzo realizado por algunos profesores y profesoras para que sea estudiado.

Las consecuencias las vemos todos los días, al no conocer bien una parte de la sociedad cómo se han conquistado derechos y libertades hace por ello el proceso de movilización más lento ya que el pensamiento dominante nos ha privado en gran medida de un análisis crítico y del conocimiento de la historia de los movimientos sociales. Es fundamental que la historia social y económica, la historia desde abajo esté en el centro del debate y en la Escuela, es una forma de enfrentarse a la hegemonía cultural del pensamiento dominante.